Bajo la tenue luz de la virtualidad, el influencer yucateco Taco de Ojo desliza sus palabras con la elegancia de un danzante en un salón de intrigas. En su más reciente podcast, como un titiritero hábil manipulando hilos invisibles, revela una compleja trama política que se despliega en el escenario de la contienda electoral en Yucatán.
En el delicado tapiz de acusaciones y calumnias, Taco de Ojo señala con dedo acusador hacia la gobernadora campechana de Morena, Layda Sansores Sanromán, como la orquestadora oculta detrás de un maquiavélico “fuego amigo” dirigido al candidato panista a la gubernatura de Yucatán. Los hilos de la discordia se tejen en las sombras de las tribus de la 4T, revelando una fractura que amenaza con desgarrar la cohesión del partido guinda.
Ricardo Andrés Baeza Urcelay, artífice de estas revelaciones, desentraña el enigma que yace tras los ataques en el podcast “Martes del Jaguar“. La mirada afilada de Baeza Urcelay se posa en la poderosa familia Millet, magnates del sector de bienes raíces y ocultos financiadores de la campaña del candidato morenista Joaquín Díaz Mena, conocido como “Huacho”. La estrategia, según el relato, no es otra que minar económicamente al candidato yucateco al desgajarlo del respaldo de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo.
La trama adquiere contornos más oscuros cuando se pone al descubierto el episodio en el cual la familia Millet, en la época del gobierno priista de Rolando Zapata Bello, contrató al comediante para una fastuosa fiesta. En ese evento, las altas esferas políticas locales de todos los partidos se codearon, mientras el entonces panista Raúl Paz Alonzo se presentaba como el proyecto predilecto de los empresarios inmobiliarios para la gubernatura de Yucatán. Sin embargo, el destino caprichoso desvió la trayectoria del traidor panista ante un escándalo protagonizado por teiboleras, alterando así el curso de la historia.
Con maestría, Taco de Ojo resalta la aparente indiferencia de Layda Sansores hacia los problemas que asolan Campeche, donde la extorsión, el secuestro y la inseguridad ganan terreno día tras día. Un toque de ironía se cuela en sus palabras, como si la gobernadora, lejos de atender los problemas de su propio feudo, estuviera ocupada desplegando sus tácticas en el tablero político de Yucatán.
En este intrigante relato, las intrigas políticas, las lealtades fragmentadas y los intereses ocultos se entretejen en una danza sutil, donde cada palabra es una pieza clave en el rompecabezas de la política yucateca. El influencer Taco de Ojo emerge como el hábil narrador que, con su voz envolvente, descorre el velo que oculta las maquinaciones tras bambalinas de la contienda electoral.
